Felipe IV y el teatro.


En el siglo de oro, España recuperó la afición por el teatro, oscurecido en la época romana. En nuestro país surgieron una gran cantidad de autores teatrales., dirigidas a un público diverso. Había varias clases de teatro, el popular, el cortesano y el religioso.
En las ciudades existían los "Corrales de comedias", que eran patios de vecindad, rodeados de barandas y  galerías y con un escenario, que se cubría con un toldo en los días de lluvia o con mucho sol.
En la villa y corte de Madrid existían varios corrales de comedias. Uno de los más famosos era el Corral del príncipe, donde eran muy representadas las comedias de Lope de Vega. Allí acudía gente de todo tipo: hombres y mujeres, soldados y mendigos, pícaros, vendedores, cortesanos, criados, alcahuetas, buscavidas y malhechores. las mujeres tenían un sitio asignado para ellas llamado "cazuela". Los hombres se ponían en un lugar aparte de las damas, y los bancos más cercanos al escenario estaban reservados a las autoridades, los nobles y demás personajes ilustres. Las damas nobles asistían desde los balcones de las casas.
Pero en Madrid existía un teatro más ilustre, reservado para la realeza y la alta nobleza cortesana. Era en el Palacio Real del Buen Retiro, donde se construyó un Salón de comedias donde se representaban obras españolas y textos cásicos griegos y romanos. Allí acudía Felipe IV y su esposa Isabel de Borbón con sus bufones y todo su séquito con mucha frecuencia. A veces, en las orillas del estanque del Retiro, se representaban batallas navales, historias de marinos y comedias de náufragos. llamadas "naumaquias"  En otras ocasiones, los reyes acudían a otros corrales de la ciudad,  disfrazados para no ser reconocidos por el pueblo, se mezclaban entre la gente y se divertían.





Actividad: Leer lo que os he escrito y … pasar buen fin de semana! Un abrazo para todos y cada uno de vosotros.