¡Enfadarse es lo más fácil del mundo! Los chimpancés y los orangutanes dominan la técnica del enfado. En la comunidad de los chimpancés es habitual que sus miembros se pavoneen y presuman delante de los demás para ascender en la escala social y tener más poder. Si, por ejemplo, un macho vence a otro, el derrotado, en cuanto pueda, intentará vengarse. ¿Os suena que esto suceda en los humanos?
Por el contrario, analizar los hechos, mantener la calma y cambiar las actitudes , sólo pueden hacerlo los humanos más inteligentes.
"En cierta ocasión, dos amigos del Barco de Ávila, Basilio y Lorenzo, quedaron para reunirse y firmar un contrato. Basilio iría a casa de Lorenzo al día siguiente a las cinco, y allí Lorenzo le recibiría y lo firmarían. Y así fue. Al día siguiente Basilio fue a casa de Lorenzo y llamó al timbre, pero Lorenzo no estaba porque se le olvidó y se fue a la plaza a jugar la partida. Basilio siguió llamando al timbre, y cada vez se iba poniendo más nervioso y más enfadado. Así que cuando pasó un rato, sacó del bolsillo un papel y un boli y escribió: "Estúpido imbécil", lo colocó en la puerta de la casa de Lorenzo y se fue.
En cuanto Lorenzo volvió a su casa y vio lo escrito, fue corriendo a casa de Basilio a pedirlo perdón.
-Lo siento mucho, Basilio, se me olvidó que habíamos quedado- dijo. Sólo me he acordado cuando he vuelto a casa y he visto que habías escrito tu nombre en la puerta".
Si queremos ser personas maduras y racionales, no podemos dejarnos llevar por el enfado. No tiene ningún mérito saber enfadarse.
PENSAMOS...
1- ¿Qué os parece la historia de Basilio y Lorenzo?
2-¿Nos comportamos, a veces, con los demás como chimpancés?
3-¿Qué has aprendido de esta lectura?
Por el contrario, analizar los hechos, mantener la calma y cambiar las actitudes , sólo pueden hacerlo los humanos más inteligentes.
"En cierta ocasión, dos amigos del Barco de Ávila, Basilio y Lorenzo, quedaron para reunirse y firmar un contrato. Basilio iría a casa de Lorenzo al día siguiente a las cinco, y allí Lorenzo le recibiría y lo firmarían. Y así fue. Al día siguiente Basilio fue a casa de Lorenzo y llamó al timbre, pero Lorenzo no estaba porque se le olvidó y se fue a la plaza a jugar la partida. Basilio siguió llamando al timbre, y cada vez se iba poniendo más nervioso y más enfadado. Así que cuando pasó un rato, sacó del bolsillo un papel y un boli y escribió: "Estúpido imbécil", lo colocó en la puerta de la casa de Lorenzo y se fue.
En cuanto Lorenzo volvió a su casa y vio lo escrito, fue corriendo a casa de Basilio a pedirlo perdón.
-Lo siento mucho, Basilio, se me olvidó que habíamos quedado- dijo. Sólo me he acordado cuando he vuelto a casa y he visto que habías escrito tu nombre en la puerta".
Si queremos ser personas maduras y racionales, no podemos dejarnos llevar por el enfado. No tiene ningún mérito saber enfadarse.
PENSAMOS...
1- ¿Qué os parece la historia de Basilio y Lorenzo?
2-¿Nos comportamos, a veces, con los demás como chimpancés?
3-¿Qué has aprendido de esta lectura?
Comentarios
Publicar un comentario