Capítulo II


Efectivamente María, los okupas que están en mi casa son: Desde los Países Bajos, y sentado en mi sillón morado, Erasmo de Rotterdam, con su "Elogio de la locura". Llegado de Inglaterra, y sentado en mi otro sillón morado, Tomás Moro, con su "Utopía" debajo del brazo. (por cierto, sabéis que significa "utopía"?) Y desde España y, repanchingados en el sofá de dos plazas, Antonio de Nebrija y Luis Vives.
-¡Olé, reunión de humanistas!
Les he dicho que qué hacían en mi casa, y que por favor se marcharan, pero ellos , muy educadamente, me han contestado que no podían irse porque estaban muertos. Les dije que igual que habían venido, se marcharan, pero el avispado de Luis Vives me ha dicho que como estamos en estado de Alerta, no pueden salir de mi casa por ahora.
Así que me he tenido que aguantar con ellos y debo empezar a convivir con mis okupas. Me parecen unos hombres cultos y les encanta hablar, así que mañana aprovecharé para que me cuenten cosas, pero hoy ya no, porque estoy cansada. Continuará.

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